Todos somos conscientes de que el dolor a veces nos ayuda a crecer y a superarnos.
Hay muchas personas que cuentan como una enfermedad grave les hizo reflexionar sobre su vida, por ejemplo. Y seguramente tú también tienes historias similares, ya sea con enfermedades o con otros problemas.
Lo que pasa es que, por mucho que veamos que el dolor nos ayuda a crecer y a hacernos más fuertes, no nos gusta sufrir. No nos gusta nada. Nada de nada. Si lo podemos evitar, mejor que mejor.
Y es bastante razonable querer evitarlo, el sufrimiento no es nada agradable.
La pregunta es: ¿podemos hacerlo? ¿Podemos ahorrarnos el sufrimiento para aprender determinadas lecciones de la vida? ¿Es posible crecer a nivel personal sin sufrir?
Y la respuesta es sÃ. Es posible crecer sin sufrir. El sufrimiento es un posible camino, pero no es el único. Hay otro, que es mucho más tranquilo y agradable.
El camino del conocimiento.
Las Dos Formas de Aprender
En un curso de Antonio Blay oà una frase que siempre recordaré:
«Todo lo que no aprendemos por discernimiento, lo acabaremos aprendiendo por sufrimiento.»
Es decir, si no aprendemos una determinada cosa por nuestra propia voluntad, seguramente al final acabaremos aprendiéndola a la «fuerza». Si es importante que lo aprendamos, y no le hacemos caso, la vida se encargará de ponernos situaciones que no podamos evitar hasta que lo afrontemos.
Para ilustrar este hecho de una forma más gráfica, Antonio Blay pone un ejemplo muy claro. Dice que cuando una persona tiene dolor de muelas, tiene dos opciones: hacer algo para curarse o no hacer nada. Si de momento el dolor es soportable, y le da miedo ir al dentista, quizás decida no hacer nada. Pero en este caso, lo más probable es que la situación vaya empeorando y llegue un momento en que el dolor sea tan grande que tendrá que ir al dentista sà o sÃ. Es decir, habrá aprendido la lección por sufrimiento.
En cambio, también puede ser que, antes de que el dolor sea insoportable, se dé cuenta de que lo mejor es ir al dentista lo antes posible, porque si no a la larga será peor. O lo que es aún mejor, puede cuidar su dentadura para que siempre esté sana y nunca llegue a dolerle.
Es decir, puede aprender la lección por discernimiento: por su propia capacidad de analizar la situación y ver qué es lo mejor. Y en este caso se ahorra el sufrimiento. O por lo menos una parte.
¿Cómo Quieres Aprender, por Sufrimiento o por Discernimiento?
Este ejemplo se puede aplicar a casi todas las situaciones de nuestra vida. Siempre podemos utilizar nuestra capacidad de discernimiento para hacer lo que es bueno para nosotros antes de que aparezca el dolor.
El dolor es una herramienta que tiene la vida para ayudarnos a crecer, y es una herramienta muy poderosa, pero siempre es la última opción. El universo no tiene ninguna intención de hacernos sufrir. Antes de hacer nada, siempre nos deja tiempo de sobra para ver si nos cuidamos nosotros mismos.
Lo que pasa es que a veces pasamos tanto de todo que al final no le dejamos ninguna otra alternativa.
Asà que si queremos reducir el sufrimiento en nuestra vida, tenemos que coger todos los «dolores de muelas» que tengamos y ponerles atención de forma voluntaria. No mirar hacia otro lado esperando que quizás asà pasarán. No esperar a que la vida nos de un toque de atención para ponernos en marcha.
Si nos ponemos en marcha por nuestra propia voluntad, el dolor no tendrá ninguna necesidad de aparecer.
8 respuestas a «Cómo Crecer a Nivel Personal sin Sufrir Más de lo Necesario»
Muy bueno Jan, por regla general nos gusta aprender (aunque no conscientemente) por sufrimiento, mas que por discernimiento. Todos deberiamos pararnos un poquito en la vida y analizarla, y buscar formas sanas de curar nuestras heridas, ya sean fisicas o emocionales. Lo malo es que muchas veces permitimos que el estres no nos deje pararnos para mirar y solucionar. Gracias como siempre.
Es verdad, Maria, aprendemos mucha más por sufrimiento que por discernimiento. No sé si es por pereza o por qué, pero nos cuesta horrores dedicar un poco de tiempo a mejorar conscientemente nuestra vida. Casi siempre pensamos que no tenemos tiempo y que tenemos otras cosas más prioritarias que hacer, cuando en realidad pocas cosas más prioritarias hay que trabajar para tener una vida mejor.
YO he aprendido, la mayor parte de las cosas por sufrimiento, tengo
que reconoserlo aunque me cueste a haserlo, esto significa por tor-
pe, en mi pais de origen se dise [ por pendejo].
lo peor no es eso,sino que en algunas situaciones, me he dado contra
la pared una y otra vez, tal parese que fuera mazoquista, pero no es
asi, lo que pasa es que no aprendi a discernir, ahora lo hare, nunca es
tarde para comenzar.
Saludos, un abrazo.
ENRIQUE C.
Yo creo que todos hemos aprendido básicamente por sufrimiento. No cuesta mucho poner atención a nuestros problemas. Los vamos dejando y se van haciendo grandes hasta que explotan. Pero, como bien dices, nunca es tarde para emperzar!
Hola Jan,
Es bueno escuchar esa voz interior y hacerle caso, quizá nos diga que camino seguir, pero si es verdad que llegamos al limite, hasta que el dolor nos dice basta ya cambia.
Como siempre buen articulo.
Fran
Es verdad, Fran, todos tenemos una voz interior más sabia de lo que creemos. La mayorÃa del tiempo no le hacemos mucho caso, y por eso acaba llegando el dolor. Como bien dices, harÃamos bien de prestarle más atención.
Gracias Jan. Yo estoy atravesando una situación delicada con mi marido a nivel de su salud, no sé en qué va a terminar, ya te lo comenté en una ocasión para que te acordases de mÃ, asà que el leer estas cosas sobre el sufrimiento me vienen muy bien. Leo todo lo que publicas aquÃ.
Muchas gracias por tu artÃculo,me gusta creer que se puede aprender desde el amor